Un día desesperado
Comprendí...
Que no te necesito.
Que la imagen de tu rostro
La tenía grabada en los ojos,
La figura de tu cuerpo
Tatuada estaba en mis labios,
Mis manos podían dibujarte
Centímetro a centímetro.
La tenía grabada en los ojos,
La figura de tu cuerpo
Tatuada estaba en mis labios,
Mis manos podían dibujarte
Centímetro a centímetro.
Lo que no tenía...
Era tu sonrisa,
Esa hechicera y tramposa,
Que lo mismo sonreía
Que de mí se reía.
Era tu sonrisa,
Esa hechicera y tramposa,
Que lo mismo sonreía
Que de mí se reía.
Y ese brillo eterno y candente
Que desprenden tus pupilas,
Dos pupilas que revelan
Mi silueta adentro atrapado.
Que desprenden tus pupilas,
Dos pupilas que revelan
Mi silueta adentro atrapado.
Sabes,
Pero yo no lo sabía...
Antes de ti,
No tenía vida.
Aún así...
Ya no te necesito.
Pero yo no lo sabía...
Antes de ti,
No tenía vida.
Aún así...
Ya no te necesito.
Necesitarte,
No es igual a amarte
Amarte,
No es igual a tenerte,
Ya que tenerte es imposible,
y es lo mismo que dejar de amarte.
No es igual a amarte
Amarte,
No es igual a tenerte,
Ya que tenerte es imposible,
y es lo mismo que dejar de amarte.
Como verás,
Ya no te necesito.
Ya no te necesito.
Me quedaré con tus besos,
Aunque te lleves los labios.
Te robaré los latidos,
Para sentirte conmigo.
No devolveré a tus ojos su brillo,
Para que Dios ilumine mi voz y tu camino.
Aunque te lleves los labios.
Te robaré los latidos,
Para sentirte conmigo.
No devolveré a tus ojos su brillo,
Para que Dios ilumine mi voz y tu camino.
Un día comprendí...
Que no te necesito,
Porque si ausente te tengo completa,
Quedarte, solo sería mi castigo.
Que no te necesito,
Porque si ausente te tengo completa,
Quedarte, solo sería mi castigo.
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