¿A qué te olemos los viejos?
¿Acaso a olvido y masas rancias?
¿Quizás es eso lo que te aleja?
¿Quizá el olor a naftalina?
¿A qué te olemos los maduros?
¿Acaso a imposiciones imperativas?
¿Quizás es eso lo que te distancia?
¿Quizás el olor de la arrogancia?
¿A qué te olemos los jóvenes?
¿Acaso a hormonas insaciables?
¿Quizás es eso lo que nos separa?
¿Quizá el olor de la parranda?
¿A que te olemos los infantes?
¿Acaso a enfermedades latentes?
¿Quizás es eso lo que te ahuyenta?
¿Quizá el olor a discrepancia?
Olemos de niños a los dulces de cereza,
A los chicles tutifrutti y palomitas caseras;
Olemos ya de jóvenes a la fresa con menta,
También a la cerveza, el cine y frutas tropicales;
Olemos los maduros a las metas trazadas,
Con la comida mas fina y los mil compromisos;
Olemos siendo viejos al tabaco puro,
A la pizza fresca y a los viejos recuerdos.
Y tú,
¿Nos abandonas por nuestra mescolanza?
¡Disculpa por ello!
Pero es que nos perdimos entre aromas
De amor, ternura, pasión y esperanza.
@manuelbrito59
imagen web de: oaxpress.info
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