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sábado, 30 de noviembre de 2019

Corre




Estos son nuestros tiempos de furia,
De opresión y deshonestidad;
Tan cara ya es la vida que aturde
Pensamientos que no fluyen más.

Excepciones encuentran algunos,
Primaveras que mueren atrás;
Son secciones de muertos en turno
Que vinieron a no vivir más.

Y está tarde que roja comienza
Cada uno en su peregrinar;
Ocelotes a fuerza se estrellan
Con la selva tan muerta y sin paz.

Corre, corre, como el viento precioso;
Corre, corre, como el agua a ras;
Para el rico nada es ostentoso,
Para el pobre no alcanza la paz.

Y si quieres unirte a los gritos
De victoria no mires atrás
Que dirán que no tienes presencia,
Muerde el polvo y feliz estarán.

Ellos nunca se afanan por dentro
Ni por fuera reflejan labor;
Sólo muerden como cocodrilos
Y el hundirte les sale mejor.

Bajo máscaras y mil antifaces,
Los secuaces encuentran la luz;
Los bribones viven de rodillas
Aunque viven bajo de una cruz.

Corre, corre, no olvides tu nombre;
Corre, corre, no pierdas raíz;
Para algunos solo eres un hombre,
Para otros, un hijo del maíz.

Que no vengan con cuentos eternos
Bajo máscaras del diablo en la cruz;
Que rellenan nuestro campo santo
Con los cuerpos del santo Jesús.

A la cuarta menguante en la luna,
Mira fijo hasta pronto alcanzar
El tamaño que viene con ella,
Sólo a ella debes de conquistar.

Estos son nuestros tiempos de furia,
De tiranos y sin castidad;
Nos regalan pobreza que arde,
Bendiciones que no sirven más.

Corre, corre, no sirvas al tiempo;
Corre, corre, no olvides la luz;
Mejor corre, no pierdas el tiempo,
Mejor corre, llevando tu cruz.




@manuelbrito59
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Cosas de doctores


-A mi no me importa lo que tu pienses-dijo Ramiro a su hermana Gertrudis antes de poner el bote de alcohol vacío en el piso.
-Es que eso no te corresponde-Le respondió la mujer cuarentona mientras tapaba el rostro pálido de su madre recién fallecida.
-No quedamos en eso, Geras, dijiste que me lo guardabas para el café después de esto. - Seguía alegando el hombre al tiempo que guardaba su equipo médico de mano en su maletín.
-Sabes que estás mal, pero eres un necio- replicó la mujer mientras envolvía el cuerpo de la fallecida sextagenaria. - Ayúdame de ese lado, vé que no se caiga, ándale. -
Acomodándose las gafas, el doctor Hernández dejó sus cosas en el taburete junto a la lámpara de noche y estiró la sabana para cubrir el cuerpo. - ¿Porqué nos tenía que llamar a nosotros? - preguntaba en voz alta. Ambos daban vuelta al cuerpo de la anciana para dejarlo envuelto en una blanca manta.
-¿No supiste que Él dijo que lo haría si ella firmaba? - le informó la especialista en pediatría refiriéndose al padre de ambos que había amenazado con matar a su madre un mes antes.
-La verdad siempre lo he pensado. ¿Porqué a nosotros? - preguntó el doctor de nuevo, ya enfocando la mirada en los ojos de su hermana buscando un indicio de respuesta.
-Como si no conocieras al viejo. Mañoso hijo de puta- Su tono denotaba la furia contenida por los años.
-Aún no le perdonas sus palabras ¿Eh? "Nunca serás nadie en la vida con tu sentimentalismo" -  Recalcó el especialista en cardiologia.
-No. Nunca. - dijo ella.
-Debiste hacer la crujía a tiempo, hermana - Le dijo en tono de lejano reproche - Quizás eso lo hubiera ayudado a librarse de sus achaques.
-No estás pensando en él, estás pensando en tí - Ella jalaba los pies de la mujer cubierta para asentarlos juntos.
Pusieron el cuerpo sobre una camilla preparada para el traslado. La llevaron hacia la habitación de la casa que su madre destinaba como su cuarto de costura.
La acomodaron sentada en su sillón favorito al bajarla de la camilla.
El doctor había reemplazado toda la sangre de su madre con un compuesto de formaldehido salino. Ella maquillaba el rostro de su madre y las costuras en el pecho, no quería que se notaran tanto después de la apertura en "Y" de la necropsia.
Ambos dejaron a la anciana en una posición tal que parecía dormir después de leer el texto de su libro favorito "Maquiavelo".
-Le llamaré para que venga - Dijo el Doctor tomando su teléfono.
-¡Quiero ver su cara de imbécil!- Agregó ella imaginándose la escena.
-Espera, espera- Le indicó con una seña en la boca que guardara silencio mientras contactaba al padre de ambos...

El viejo gruñón había estado bebiendo desde que le comunicaron sus hijos el fallecimiento de su esposa por un súbito infarto la madrugada de aquel día, por ello estaba en el mismo bar toda la tarde desde que lo supo.


-¿Y quieres que venga el viejo? - preguntó a Gertrudis.

-Sí, quiero ver su cara de amargura por última vez, como una bonita despedida.
-¿No cambiarás de opinión, verdad? - habían tomado por resolución el suicidio mutuo al fallecer la anciana, el saberse huérfanos de madre era una idea que ninguno podía sobrellevar tranquilamente.

-No te tardes- Dijo la doctora al teléfono para poner la llamada en colgar.

-Vendrá rápido, ya se lo está paladeando- Aseveró el galeno mientras dividía vaciando en tres vasos de vino rosa el polvo de 600 semillas de manzana que estuvo triturando en su mortero la tarde anterior.
-Prefiero pensar en que su mayor regocijo será nuestra ausencia- Dijo ella con la mirada ausente mientras preparaba dos tazas de café y chocolate.
-Pienso que en el fondo siempre tuvo miedo de nosotros- Contrastaba Ramiro la ideología de su hermana menor -Mucho miedo de ser... Un padre... Y nos hizo a un lado aún estando nosotros con él y pendiente de él todo el tiempo.
-No era necesario que nos machacara la autoestima a gritos todo el tiempo- mencionó ella como si lo dijera para sus adentros mientras se servía medio taza de Kalua y la rellenaba de un humeante café arábigo.
Ramiro hizo lo mismo.
Ambos tomaron las copas entre sus manos y brindaron chocando los relucientes brillos rosáceos.
-Por una buena madre - brindó ella
-Por una vida llena de remordimientos-dijo él

Bebieron de un sólo trago el alegre pinot grigio, era importante disfrutar el café no el vino.


-No, Geras, mi querida Geras, no era necesario--respondió al fin Ramiro -No era necesario que se ensañara con ella cada vez que sus frustraciones le negaban pensar con claridad. Ni tampoco sus berrinches ni su descarga contra nosotros cuando pequeños-

-O en la adolescencia, recuerda eso -agregó la doctora - Nosotros lidiando con nuestras inseguridades y él apaleandonos con lo primero que tuviera en la mano.-
-Lo sé, no tuvo razón de ser ni de hacer- a completó el doctor al tiempo que invitaba a su hermana a proveerse de galletas para acompañar el café.

-Vendrá a la hora de costumbre- dijo ella, paladeando la mantequilla de las crujientes galletas

-Entrará y veremos de nuevo su cara, esto no me lo pierdo así lo vea cien mil veces- dijo el llevándose a la boca un sorbo de café.
-Se detendrá a lloriquear en la puerta antes de entrar, maldecirá a Dios y a todos los Santos-agregó ella. -Azotará las cosas de afuera, las sillas y tintineando las llaves abrirá despacio sin entrar-
-ja, ja, ja, ja, - reía el hermano - entonces sí se arrepiente... Lo sabe, sabe lo que hizo, sabe que nos exigió de más y cuando se decida a entrar se irá directo a verla a ella, directo con ella y se quedará tendido sobre donde estaba ella, llorando-
-y borracho, otra vez--anexo la doctora dejando caer su taza vacía sobre el piso de duela vieja de la vieja casa
-borracho como cuando nos azotaba por no estudiar - dijo el doctor en un tono más somnoliento, llevándose una mano a la frente para cubrirse los ojos y lanzando con la otra su taza justo a la puerta de entrada donde se encontraba por fuera un hombre de edad avanzada llorando y maldiciendo.
El hombrecillo entró después de un rato de aporrear las cosas de afuera.

  El abatido sujeto emanaba alcohol por los poros de la piel. Sus gruesas lágrimas decoraban los ojos parcialmente nublados de carnosidades con los cuales recorría el interior vacío de la sala de estar. Se dirigió tambaleante como cada noche a la recámara de su extinta compañera de vida para apoderarse de las viejas prendas que le hacían vivir tan dolorosos recuerdos.

Hincado sobre el piso dormitaba sobre la cama hasta escuchar las voces de sus hijos en su cabeza.

  Ninguna de ellas decía nada en particular, pero se dirigió a la mesita de estar donde los encontraron muertos al ingerir sustancias tóxicas, vino y café.


  Parado como de costumbre, el viejo boticario aún no se decidía a beberse la tercera copa de Pink Moskato que seguía esperándolo desde hacía seis años atrás.


  Hoy se sentía con la fuerza suficiente para levantar la copa entre sus dedos, pero decidió paladearse a fondo la copa servida de aquél añejo vino rosado.





@manuelbrito59
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miércoles, 27 de noviembre de 2019

¡Ven!





¡Ven! 
Tenía que decirle, 
Pero no pude lograr
Que las palabras escaparan
Deteniéndose al brotar. 

Me quede tan quieto inmovil
Paralizado por tu andar
Te bajaste lentamente
En un lugar que era de ti
Del más humilde de mis sueños 
Y solo te vi partir. 

Tuvismo tiempo
Y te entretengo, 
Más no concreta en devoción;
Mi Hazaña ínfima
Y mis fechorías
Nada valieron en rigor.

Aquí se cuenta con tu dulce
Dulce paciencia en responder
A persistencia que te sigue
Insisto en verte y no ceder. 

Hemos llegado y no hay dilema, 
Debo dejarte sin pedir
Ni nada más que tu sonrisa
Para después verte partir. 

¡Ven! 
Se qué debí decirle 
Pero no pude articular 
Palabras solas que se ahogan
Muriendo antes de brotar
Y ya no pude detenerle
Se siguió andando sin parar




@manuelbrito59 
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domingo, 24 de noviembre de 2019

Insolente


Anoche le pedí al diablo, 
que me amaras con vehemencia
Pues ciego estoy ante tu cadencia
Y perdido anclado a tu seno

Por eso es que me pierdo de el heno, 
El buey, el asno, el burro y el veneno;
Todo lo que pierde el rey
Y te persigo como un buey.

Habla asquerosas letanías, 
De su infamia y de su boca
Aroma a azufre y cobardías, 
Por amar en pos de una loca. 

Más... El diablo tonto no ha sabido
Que desespero como un niño
Y me he humillado ante tus pares
Siendo la burla de tus padres. 

Oscura la plaza oculta y desierta
A la que solo, y sin clemencia, 
Me ha condenado el cruel cupido 
Pues ha fallado adrede el tino

Y me ha dejado en la zozobra
De tus migajas ser la sobra, 
A la cual, muy mística, tu ignoras
Aunque yo espere aquí por horas. 

Siendo que mi alma es tan ardiente
La cedo completa aquí al Teniente, 
Rojo diablillo pa'que la costilla te pique
Mientras le pacto con mi aguardiente. 

Sólo que hoy naces tan diferente, 
Te veo en azul, azul consciente, 
Karen bendita, flor de azafranes, 
Un pacto hicimos por tus amores. 

Y tu insolente
A mi fiebre ardiente, 
Quemaste a un beso 
Un sello que el diablo 
puso en mi frente. 




@manuelbrito59 
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miércoles, 20 de noviembre de 2019

Angélica


Si yo tuviera
En Angélica
Una novia,

Acallaría en silencio
Mil reproches
Que en mi mente habría

A sabiendas que no son
Más que creaciones
Alteradas de la infancia mía,
A una obsesión
Supeditadas como siempre.


Sería paciente
Con la prisa de su canto
Su tibio toque
Sería un bálsamo fugaz

Que repondría,
Sin saberlo,
Unos quebrantos
Que añejos mueren,
Al saber que somos dos.

Dibujaría,
Imaginando de sus labios,
Palabras dulces
Que dirigen su atención

Entre las olas
De la mar de lo falible,
Dando soporte
A su tenaz ensoñación.

Ella sería,
Cual estrella en clara nota,
La que me guíe
Al través de una afición:

La de quedarme
Anclado siempre de sus labios,
Y bajo su manto
descargarme del dolor.

No existiría
Una palabra tan sublime
Más que su nombre
Que me encanta repetir.

Se dice fuerte
Y cual tormenta de agua nieve,
Hace a mis miedos
Comenzarse a derretir.

Mi tierna niña
De carita azucarada,
De piel de perla
Y mirada colibrí;

Yo sigo atento
A los jazmines de sus labios,
Espero ansioso
Por besos miel de Alhelí.

Puedo escribirte
Como me siento realmente;
Sin tratar de retenerte
Me fascina estar así,

Anclado al músculo
Pegado a tu mejilla,
Esa que es curva de vainilla
Y de sonrisa marfil.

Si yo tuviera
En Angélica una novia,
Acallaría en silencio
Y para mí,

Mi loco anhelo
De ponerle ataduras,
Esas que a todo buen amor
Le ponen fin.

Escogería el tibio
Tambor de sus pasos,
Al frío vacío
Que sin ella ha de venir.

Me guardaría
En sus cabellos muy despacio
Para perderme
Entre sus sueños...
Y vivir.




@manuelbrito59
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viernes, 8 de noviembre de 2019

De lejos


Soledad que me acompañas
Dile pronto que me acallas
Cuando su nombre pronuncio
Al tiempo eterno que seduzco
Para su memoria ver
Y aunque no he merecer
Sus caricias ni su nombre, 
No me duele que su hombre
Sea aquel mismo que de apoyo
Alguna ves le dejé yo.

Siendo por cuanto 
Que su mirar me hace quebranto;
No lloro absurdo por su ausencia, 
No entendería que tu clemencia
Es la que hizo en este espacio
Pequeño abismo con su abrazo, 
Donde el dolor agudo ya no cabe; 
No tengo inberme de su puerta llave 
Y me niego a verla 
Por mi ciega estupidez de no tenerla. 

Soledad que das abrigo 
Mantenme siempre de tu trigo;
Dame tu abrazo, 
Quitame el frío;
Suspiro al verla, 
Me niego a mirarla;
Sólo dile de lejos
Que la hecho de menos. 




@manuelbrito59 
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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Averías


Yo tengo el corazón averiado
¿Señor Dios, lo podrás componer?
No se en dónde se quedó pasmado
Señor, ya no sé qué hacer con él.

Yo tengo el corazón atrofiado,
En excesos lo he de recoger;
Se me ha ido vagando en silencio;
Nadie ha visto que se puso cruel.

Señor, tengo el corazón blindado,
Solo máscaras se sabe poner;
De la vida solo vive un tercio,
Nadie quiere vivir como él.

Señor, tengo el corazón de hielo,
Ella sabe que no supo querer;
Para ella no guardo desprecio,
Mi desprecio se ha muerto con él.

Ahora tengo el corazón quebrado
Y no sé como decirte, mujer;
Que se guarda para ti un alto aprecio
Y que te ama como yo le amo a él.



@manuelbrito59
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viernes, 1 de noviembre de 2019

En línea


-Mirar la pantalla
Es como verte a los ojos.

Y me da miedo lo que te pueda escribir
Pero no tanto como lo que al verme "escribiendo" te puedas pensar.

Y es que entre nosotros,
Sé que soy el más canalla.

-Los gatos que pasan
Me distraen de escribirte.

No es cierto, no me creas,
¿Y si aprovecho a mentirte
Que no pasan cosas feas?

De esas que a todos alborotan
Al cabo que de cosas lindas nadie miente.

-La tele del vecino no se calla
Los hijos de la vecina van brincando.

Cuando abajo dice: "en línea"
Estando arriba tu nombre,
Sudo pronto y presuroso sufro apnea.

No hago intento ni siquiera
Por lo menos de una línea.

-Cuando abajo de tu nombre dice: "en línea"
Es ahí donde no juego, no me atrevo, es cosa seria.

Yo sé bien que por ahora
Estarme quieto no conviene
Pero al prompt le hago gestos mientras parpadea

Y espero inerte salir de esta manía
De no decirte nada y querer que seas mía.

-Pero  ten algo por cierto:
Aunque la pantalla me siga esperando,

Robaré alguna señal abierta,
Me colgaré tranquilo para conectada verte
Aguantaré en el frío hasta que la pila muera,

Con el alma congelada escribiré deseando
Que por fin quieras leerme y que tu amor me sea sincero.



@manuelbrito59
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