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miércoles, 22 de mayo de 2019

Selfie


   Esto está de su puta madre. Otra vez aquí sentado hecho un ovillo. Con las nachas planas escurriendo para desaparecer la división que hay entre ellas.

   Todo media atraves de una pantalla que refleja desquiciante tu reflejo de cruel nena insensible, mostrándote en paños menores sin que la piedad de ocultarte no aparezca, porque eres tan sinvergüenza que aunque luzcas tu traje de Eva todo lo cubres entre filtros, juegos de sombras o con larga cabellera y así no, la verdad, así no se pinches puede.

   Es tu veneno digital el que me afecta, me adicciona de manera directa, bueno, no a mí, o más bien, si a mí, no, en realidad no soy yo el que te sigue el juego, sino son los iris rebeldes de mis cuencas a quienes has amaestrado, desde que se dilataron y de mi control se dieron fuga para hacerte las comparsas, las merecidas reverencias que sólo son para tus ojos, ante tus ojos, ante tu ausencia.

   Más claro que oscuro, ante la negativa de seguir en esta incompetencia, mi esencia atormentada es la sufre por mí necia, necia y vana manía de revolcarme entre los miles de contrastes que desdibujan y retocan los pixeles brillantes de una pantalla toqueteada a cada vez que tu retrato se aparece; y luego otro, y luego otro, y voy llenando con los millones de bits que voy robando ¿O no? De todas y cada una de tus fotos publicadas ¿Sigue siendo robo si tú misma tienes las imágenes en la internet colgadas? ¿O quizás sólo sea que desde la adolescencia no maduro y considero que venerarte con estimulos manuales es el mejor tributo?

   Más claro que oscuro, un poco santo, un poco duro, las penas de las nuevas agonías se basan en fallos de las tecnologías y ahí es donde más me falla la memoria, la real, pues en una lenta conexión a tu imagen prohibida, se ha jodido mi colección de arte plástico, pornografía, creada por las poses que te autoretratas con tu guardarropa, que sin quererlo tú, sugieren y promueven disparos humanos que si estuvieras en carne viva y de cerca te impactarían a quemarropa.

   Pero aquí viene la mejor parte, que desde que te conozco y comenzaste a ser de mis entrañas mi mejor alarde, no tienes paciencia para cumplir a diario, con disciplina y conciencia tu suave ritmo acostumbrado, ése ritmo pausado, el insano placer de mostrarte es el que te lleva a publicarte en tan graciosos albores, no siempre aptos para menores, a veces te preparas la ropa fina, la deportiva, la casual y en otras andas en los paños de pijamas, sacando tangas, disfrazada de unicornio o con colores de hologramas, y así te muestras y te retratas, para que nazcan mis ganas de morderte desde los pies hasta las nalgas.



@manuelbrito59
Imagen web 

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