La Consuelo

-¡Agarradme confesado, Jesús mío!
--¿Pero que os ha pasado, Salvador? Que te veo muy contrariado últimamente.
-Pero es que, Don Eduardo, que no es para menos, hombre; que la piba de la Josefa me la ha vuelto a hacer.
--¿Que se te ha ido el coño otra vez de aventurera a las cantinas del pueblo?
-¡Noooo!
--¿O se te fue de bailarina exótica a los puteros de las afueras de la ciudad?
-¡Noooo¡ ¡Don Eduardo! 
--¡Ah! ¡Ya veo! Que la piba se te ha fugado de nuevo con la Mayté y la Mariana... ¡Lo sabía!¡Esas mujeres son un peligro! El lesbianismo nos dejará sin mujeres en menos de lo que te digo: ¡Pamocha!
-¿¡Qué!?
--¡Pa-Mo-Cha! ¡Pamocha!
-Pamo... ¡Noooo! ¡Nada de eso!
--¡Vamos tío! Que no tienes que sentirte avergonzado por lo que ella hace con sus amigas, ¡Total! Si ellas quieren morderse los labios pues muy respetable sus perversiones, yo prefiero los restregones que me pone la Consuelo en la base de mis...
-¡Con todo respeto, no estoy para escuchar ahorita sus intimidades!
--¡Ah! ¿No?
-¡Noooo! Que lo que le digo es que la Josefa me la hizo de nuevo, porque le acabo de comprar una pantalla plana de 52 pulgadas para que se quede en la casa a ver sus vídeos y que me la encuentro pegada a los librajos y pasquines que solo hablan de chismes de la farándula.
--Pues vale, chaval, que ya te andaba dando el día para que la fueras a sacar de pescozones de los antros, pero si sólo está en tu casa mejor quédate a trabajar, que la tienda te lo agradecerá.
-Mejor sí deme el día, que quiero agarrarla desprevenida antes de que cometa las locuras de las que usted me ha hablado.
--¡Como quieras! Pero no tardes, hay que levantar los pedidos.

'Ring' 'Ring' 'Ring'
--Ferretera Alcocer, le tomo su pedido...
-Don Eduardo, ¡Coño! ¡Que será mejor que usted cierre la tienda!
--¿Como dices eso chaval?¿Pero es que ya te has enloquecido?
----¡Es que me he traído a la Josefa de las greñas! Arrastrándola desde el antro "La Oficina" después de pelearme con la Mayté y la Mariana; pero allá se quedó la Consuelo bailando sobre las mesas. ¡Caramba, hombre! Que con el revuelo le llovían billetes a su mujer cada vez que se arqueaba expandiendo las piernas al bajar y subir del tubo. ¡Por lo menos vaya para que no se los roben!

@manuelbrito59

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