¿Que usted,
me abrió los ojos a la voz
De su cándida inocencia?
Claro que sí,
Y más aún,
No sabe usted...
Que el sentimiento
Entró arado
Y con la fuerza de la tierra
Me hizo amarla
como se ama con locura
A la luna
Aunque la sabe inalcanzable...
Y horrorizado
Ante los protagonismos,
De los afanes del destino
Que a veces
Le van en contra,
No me queda más
Que plegar a ojos cerrados
Con las manos entrelazadas
A un Dios altísimo
Del que me había
Rehuído y olvidado,
Tan solo
Para encargarle
Que se tome tu destino
Entre sus palmas
Y te proteja
De todo daño
Al tiempo
Que me escucho
A mí mismo:
"Padre nuestro,
Que estás
En el cielo..."
Y todo esto por usted,
Que me abrió los ojos a la voz
De su cándida inocencia.
@manuelbrito59
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