Mi condición de observador me obliga tanto a no estorbarte. Entiendo que la secuencia de momentos que se presenta ante mis ojos, es muestra clara de sinceridad afectiva y de confianza. De hecho, estamos en medio de todo esto por confianza.
Te has atrevido a confiar tanto en mi que te has podido permitir dejarme ver lo que a la intimidad siempre compartes. Los cabellos de seda que por sobre tu rostro caen no te atribulan, el frío externo o el calor no te preocupa, al menos, no por ahora, tu propio clima en tu tibio cuerpo las venas regulan.
Y yo...¡Caray! Admiro y contemplo a cada pulgada de cuerpo, cada centímetro por ciento de este extenso y limitado panorama, en donde fundes cuerpo y alma mientras ahogas el respiro y mueres y revives al suspiro, para luego desahogarte nuevamente al compás de tu cuerpo impaciente que se retuerce de emoción, excitación, exudación y ansiedad.
Aun así, acompañándote del todo, permaneciendo a ti conectado, al momento anclado y a tu integridad sujeto; avanzo en mis observaciones, se entretejen al instante emociones, sinsabores, a memorias anteriores y a las nuevas ansiedades.
Te miro extenso y te veo perdida, viajada, extendida, ya me preocupa en algo tu caída, por si acaso de ese cielo a donde vuelas y regresas, tu quizás algo recuerdes y de mi también te acuerdes, porque aunque enfrente aquí me tengas por ahora, no me reconoces.
Ojos cerrados, los míos abiertos, labios apretados , los míos abiertos, tus manos a mi cuerpo sujetas y mientras te observo los párpados, nuevamente me pregunto...¿En que piensas?
@manuelbrito59
imagen web
No hay comentarios.:
Publicar un comentario