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sábado, 19 de enero de 2019

¡Dríp, drop!



¡Dríp...!

<Respiro casi profundo, los ojos cerrados, la cabeza a la izquierda recostada, sujeto con la mano el móvil mientras apoyo mi antebrazo sobre la colcha de edredón a cuadros que cubre la cama, mi favorita, por cierto; no es precisamente la mas suave por que no es de algodón siquiera,  pero es mía y con su calor me abraza, igual que lo hizo contigo mientras estuviste aquí. Ahora ya te has ido; al menos ya no peleas por la sabana, la almohada o la cobija...
Sin embargo no llega el sueño, solo un silbido sordo, largo, asfixiante.>

¡Drop!

<El móvil me entretiene, lo suficiente para no pensar en las jornadas que me esperan al día siguiente...mañana será domingo. Según planeaba, quizás podría irme caminando por la cuadra, llegar al paradero de autobuses, abordar cualquiera, a cualquier parte, a donde sea, el primero que pase. Quizás con suerte, me toque uno que vaya al centro; así que me pasaría el rato caminando entre la gente, los aromas de los puestos de comida, aparadores de ropas, liquidaciones con descuentos en pequeñas montañas apiladas; si fueras tú el que los vieras, no le pensarías mucho, ni dos veces tan siquiera, ahí estarías de puesto en puesto, que si la camiseta, que si las faldas, que las bermudas, que si ya te dio hambre y que si te llevo al puesto de kekas… o al de tacos, aunque ni con cinco te llenas.>

¡Dríp, dríp...!

<Una agua fresca para el desembuche, o quizás una gaseosa; con lo tragones que somos cualquier cosa sera siempre poca cosa, pero en fin, ahí vamos viendo; sin embargo, la caminata se me hubiera hecho larga sin pasar por aquel puesto, el de malteadas, el que vende aquellos vasos enormes de batidos de colores y pinceladas claras, ya sea por el chocolate o la vainilla, o aquel que te gusta porque le hechan natilla, y no me invitas, ja, ja, já… ¡Tómala! por egoísta, ahora lo tendré yo sola, ¿Cómo ves? Para mí, sin que me pidas...egoísta, egoísta, e-go-ís-taaaa.>

¡Drop!

<¡Rayos! Me dolerían los pies de tanto andar y tú, en tus chanclas escandalosas seguirías como si nada, ¡clap clap! por aquí y tu ¡chip chop! por allá. Vas y vienes de volada, pareces del viento enamorado por que solo a él, a él si lo persigues; a mí me ignoras cuando te hablo pero por sentir el viento en la cara vas andando tan rápido como puedes.
Luego, para la tarde, ya vendríamos a comer ahí por la zona de los carritos, los del toldo verde, los que venden el pozole del rojo, del grano de maíz grande, ese que compartimos porque viene bien surtido el plato, con sus hartas tortillas, su pastura suficiente y los montones de tostadas para quebrar en el plato. Ya se que a ti no te gusta con tanto orégano, pero a mi sí me gusta el olor que deja en las manos, junto con el chile habanero y las rodajitas de rábano. Aunque no lo parezca, yo sé que te gusta hacer una montaña de cebolla y cilantro picado sobre de tu plato, para luego quejarte de que te apestaba la boca. Sin remedio, nada que una coca no te arregle.>

¡Dríp, dríp...!

<Todo bien, hasta ahí, pues como siempre te digo, todo esta muy bonito hasta que comienzan los gritos...que si el llévelo llévelo, por allá, los parceros gritándose tonteras de entre ellos, niños persiguiéndose y buscándose a gritos; perros ladrando hacia la calle desde los techos de las casas circundantes...odio los gritos, el ruido, me molesta...pero tú, o sea, a tí ni te incomoda, haces como si nada pasara...la vida continúa con su ruido de fondo mientras hacemos los dos nuestras consecuentes vidas paralelas y simultáneas.>

¡Drop!

<No, no me gusta, me pone chancha. Últimamente me ha dado por evitar todo conflicto banal y callejero, toda superficialidad para no discutir con el aliciente del silencio, no por que no tuviera razón, sino para evitar las palabrerías de los demás, como en el inicio de nuestro fin de semana.
  Al viernes fue, que si salimos a casa de tus papás o que si nos quedamos en la casa, no tenia sentido en realidad. Sólo era una opción, te dije que haríamos lo que quisieras pero al mismo tiempo quise hacerte saber que prefería quedarme en casa apachurrada en el sofá viendo películas.
  No se cuando te comenzaste a poner duro, quizás fue el frío que se colaba por el odio, que toleramos ambos dos con tal de no ceder ni un breve espacio, de no perdernos cada quién en la insaciable inanición emocional del otro, pero ahí estaba el hecho.>

¡Dríp, drop!...

<Entrecerrados los ojos, meditabunda, analizaba el recuerdo de tu desobediente y hostil actitud de hace unos días...>

¡Dríp, drop! ¡Dríp, drop!...

<¿Te habré llevado al hartazgo? ¿Será que el recuerdo de una vida de placeres te ha sido más fuerte que la vida que llevamos tratando de cumplir nuestros deberes?>

¡Dríp, drop! ¡Dríp, dríp, drop!

<¡Maldita gotera! Le dije que la arreglara, maldito vago, ni eso quiere hacer por mí. Ahora lo arreglo yo...>
--¿Qué tiene una persona que hacer para poder dormir en su propia casa, maldito infeliz?

¡Tuck! ¡Tuck! ¡Tuck!
-¡Argh! ¿Porqué... Susana?

¡Dríp, drop! ¡Suishhh!

¡Dríp, dríp, dríp...! ¡Suishhh...! ¡... !

<¡Aaaah! ¡Silencio al fin! Quédate ahí, vago, que tu inmunda y egoísta humanidad sirva para dejarme dormir sin esa gotera en la tina.
¿Quién lo diría? Pensé que nunca usaríamos esa hacha para incendios.>

--¡Descansa, Gordo! Ahora que la tienes contigo cuídamela en tu panzota, al rato que me despierte la termino de lavar.



@manuelbrito59
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viernes, 18 de enero de 2019

Déjame


 


Déjame 
por un momento,
Déjame
Tomar tu mano lento
Y siénteme
como si fuera... el viento.

Y de una vez
Muerde mis labios,
Déjame
Soñarte en vano,
Déjame
Si estoy inquieto;

Déjame
Serte un coqueto,
Déjame
Amarte insano
Y suéltame
hacia tus vieiras.

Apriétame
A tus salmueras,
Pero déjame
Amar tu mano,
Y déjame 
Estar a tu lado.



@manuelbrito59
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miércoles, 16 de enero de 2019

Nido

Cualquiera pensaría que entre nosotros no hay nada, pues delante de la gente ya me niegas; lo raro es que, en mi fondo de pantalla tus ojos siempre sonríen y tus labios me hacen nido...

domingo, 13 de enero de 2019

Helo aquí



--¿Como pretendes viejo amigo,
que podamos arreglarnos?
Su situación es turbia
y no se muestra disponible--.
-Tranquilo, viejo diablo,
No debamos despeinarnos,
Tú tienes ventaja aquí en la historia
Y eso te hace invencible-.

--Al menos estás de acuerdo
Y aunque él no pueda vernos
Su corazón aún no se enfría,
No dudemos en hablarle--.

Es entonces discutiendo
Que se encontraban aferrados,
Diablo y Ángel alegando
De los yerros de aquel hombre
Y también, de sus aciertos.

Discusión acalorada,
Pues por tensión tenían de encargo,
El de llevarse al incipiente
Portador enamorado,
Cada quien a su morada.

Nada escucha el buen sujeto,
Quien postrado sigue orando,
Abrazando la mirada,
Perdida ausente de su amada.

A quien baña intermitente
Con sollozos y plegarias,
Exigiendo gravemente
Al altísimo las áureas.

Cosa extraña y bien sabida
Que por la vida sacudido,
El pobre hombre malo ha sido,
Por no tener alternativa.

Recorrió los bajos valles
Entre las oscuras calles,
Dando muertes a placeres,
Se satisfacía en estos menesteres.

Viajaba sola, incriminatoria,
La muerte vestía blanca seda,
Tan brillante como la luz de la Aurora
Y sin embargo, tenía memoria.

En sus andares pintorescos
Recordó un tiempo grotesco,
Donde por llevarse a un par de padres
Dejó a su suerte a un niño,
Por voluntad.

Más nunca le dio importancia,
Pues la muerte en su fragancia
A la vida da elegancia,
Pisoteando con flagrancia,
Del hombre la vanidad.

Y es así como en verdad,
Amparándose en el fallo,
De aquel hombre que antes niño,
Destellábase un cuchillo
A diestra, siniestra y por maldad.

...Y...

¡Helo aquí!,
Como todo furor que viene en bragas,
Se detiene en cosas vagas
Que no llenan la ansiedad.

Pues recorre el hombre llanos,
Cuencas, valles y otros lados;
Protegido por la suerte
De quien le salvó: ¡La Muerte!;
Todo... hasta ver sus ojos claros.

Más la encuentra en un suspiro,
En un arranque de locura,
Pierde el feral hombre la cura,
Ante la mirada pura
De aquella dama en el olvido.

Brisa gélida se abraza
A la mujer y la convierte en castidad,
Separándola de aquel navío
Para llevarle al mar sombrío
Quien en plena soledad silente
Acalla el llanto en navidad.

La barca vuelca
Con una mar en picada,
Un sujeto surca
El viento, el mar, y la tonada
La escucha para sus adentros...

¿Quién te ha dicho a ti, imbécil,
Que podrás contra los vientos?
Nada al fondo, nada y nada,
Cabello y cuello jala y jala,
Exhalando de aire fuertes bocanadas
Y así se arrastra, 
Hasta la superficie,
El cuerpo frágil que en especie
Es más un témpano que un hada
-¡Y mírate, "malvado"! ¡Ahí estás!.

Se reclamaba así mismo,
Siendo hijo del abismo,
Con su desalmado toque,
Contempla revivir el cuerpo ahogado
A salvo, dentro del bote.

El tiempo ahí se ha congelado,
Se pierde en azules luceros,
Un poco cálidos y más sinceros,
Un poco errantes y más funestos.

Ella sujeta presta la solapa,
De su chaqueta en cuero se abraza la doncella,
Brotando el llanto de la bella Azucena
Que impregna pronto al joven Salvador.

"--¡Ya no me sueltes, te lo ruego, mi señor¡".
En tanto fúricos los ojos como las llamas,
Enardecido elucubra venganzas
De todo tipo, a quien le halla aventado,
A aquella flor desde el navío.

Más...

Ella va en postre de todos sus pensamientos
Emite tibios y cándidos argumentos:

--"A esta vida ya no le pertenecía,
Mi vida de un sentido ya me la carecía".

Expone al hombre sus penas entre sollozos;
Desde que parte con su enamorado,
Dejando sola a la vieja de su madre,
Hasta que huye de la casa del casado
Después de contemplar a aquella esposa con su bien amado.

Toma aquel viaje
Y en medio de las tempestades,
Se arroja y suelta la vida al marino
Rey de las profundidades,

"--Y luego tú, por mí viniste…"
"-Ferviente es mi deseo
De que desee estar aquí".

Así es la vida con la muerte
En sus danzas interminables.

"-¡Llévame a mí!-"
El hombre a la muerte dijo.

Aparecióse de ipsofacto
La blanca túnica aperlada,
Mira la ausencia de malicia,
La escena toda es gran delicia.

Blandiendo impávida su ósea mano
Convierte al acto y al escenario
En un segundo interminable;

Un óleo perpetuo era aquella escena,
Retrato amargo de la castidad de un hombre
En la presencia inerte de la mujer amada.

--¿Porqué te aferras
A salvar a un impío?
¿No ha sido extenso el daño
Que se labró a sí mismo el bravío?--
Pregunta el diablo Yesareth.

-Yo sé que tú comprendes
Lo que es la gravedad en calma,
Pues aunque aquí lo niegues,
Tú no vienes por su alma-
Le contesta el buen ángel Abdiel.

--Saltemos juntos al navío
Y resolvamos como antaño
Antes de que quien los mate sea el aire frío,
Enviemos pues al hombre, a Nazareth--.

-¿Escucho acaso tu amorío?
¿Extrañas tanto a tu enemigo
Que sin él sientes vacío?-
Refuta sin pasión el ángel.

--Si ella expira, aciago el día
Y aunque me veas siendo huraño,
Aquí ese hombre ¡Será mío!--.

-¡Deja las trampas, indomable!
Que ella aún exhala vida
Y tú como siempre en el engaño;
Aquel hijo de Adán dejó de ser sombrío
¿Pretendes que el Amor
Sea algo inexplicable?
¿No ves que por su fe
aquel hombre se ha hecho mío?-.

La pálida presencia
desaparece en un susurro,
Llevándose a una seña
toda experiencia de su hierro,
No deja muescas la guadaña
Al parecer, hoy no hay entierro.
--Según se ve mi buen Abdiel, 
Te la has pillado;
Ha sido ella otra vez,
Hasta los ojos me ha purgado;
Esperanzado estaba 
de otra carnicería
¿Acaso debe perdonarse
al violento insaciable?--.
-Espera viejo diablo,
Por tu tiempo bendito,
Tendrás formas mas siniestras
Para de nosotros vengarte-.
--Consérvate pues el premio
Que me has ganado en noche fría--.
-Me complace tu cortesía,
Mis respetos a tu padre-.

Ángel y Diablo
Se esfuman dejando esencia,
Flotan al aire
Y van mezclándose en frecuencia
Sus vibraciones con la Eva
Y ese hombre
Que permanecen en cubierta,
Abrazados;
Mujer y hombre,
Con un beso enamorado
Entre miradas dicen tanto
Que el frío cortante a puñaladas,
De sus cuerpos desaparece
Al ser por una tripulación
Bien rescatados.



@manuelbrito59
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sábado, 5 de enero de 2019

A tu piel


En ese pequeño resquicio
Cuadratura de Saturno
Atrapado en el espacio.

Me encuentra venus
Sin disimular sus risas
A tenderme sus cornisas

Me atrae pronto,
como un ave a una polilla
Me atrapa entre sus fauces;

Me lame y arden
En mi piel los candentes
Vaivenes de azafranes y canela;

En un cuadrado
Por tus poros se derrite y se desliza,
Poderosa me haces trizas,

Me exhalas,
Me aspiras,
De frente y pecho a pecho me suspiras;

Manos al cielo
Dedos a tu entierro;
Me siento libre, me siento preso,

A veces el aire,
A veces el encierro,
A veces tan pronto de barniz recubierto;

Y sin mas ni más
Ahí con el barniz me quedo;
Mantengo el aire afuera y luego adentro

Para tratar de prolongar el tiempo
Y no ser desechado,
Cual filamento sin esporas rechazado

En ese pequeño resquicio
Cuadratura de Saturno
Atrapado en el espacio.



@manuelbrito59
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martes, 1 de enero de 2019

En el camino


¿Qué pasa conmigo
Que no te quiero encontrar?
Lo que venga
Yo no lo sé pero...

Lo que venga mío será
Porque ¿Para que mentirme?
Si al través del tiempo no he logrado morirme,
Aunque la intención de rojo teñida venga.

Culpo a todos y no culpo a nadie,
He de caminar en un solo sentido de la calle;
Para saber que hay del otro lado
Creo que lo mejor es ir, pero sin estar a tu lado.

¡Imagínate, que asombroso!
Que sin ti pueda encontrar por fin
Lo que tanto me has contado.
¿De qué se trata la vida si no conoces tu fin?

¿Qué pasa conmigo
Que no te puedo encontrar?
Solo encontré en el camino
Mucha gente a la que amar. @manuelbrito59 Imagen web